24 ago 2015

Linkin Park - Numb

I'm tired of being what you want me to be
Feeling so faithless, lost under the surface
Don't know what you're expecting of me
Put under the pressure of walking in your shoes

(Caught in the undertow, just caught in the undertow)
Every step that I take is another mistake to you
(Caught in the undertow, just caught in the undertow)

I've become so numb, I can't feel you there
Become so tired, so much more aware
I'm becoming this, all I want to do
Is be more like me and be less like you

Can't you see that you're smothering me?
Holding too tightly, afraid to lose control
'Cause everything that you thought I would be
Has fallen apart right in front of you

(Caught in the undertow, just caught in the undertow)
Every step that I take is another mistake to you.
(Caught in the undertow, just caught in the undertow)
And every second I waste is more than I can take

I've become so numb, I can't feel you there,
Become so tired, so much more aware
I'm becoming this, all I want to do
Is be more like me and be less like you

And I know
I may end up failing too
But I know
You were just like me with someone disappointed in you.

 I've become so numb, I can't feel you there,
Become so tired, so much more aware
I'm becoming this, all I want to do
Is be more like me and be less like you

 I've become so numb, I can't feel you there
(I'm tired of being what you want me to be)
I've become so numb, I can't feel you there
(I'm tired of being what you want me to be)
 
***
 
 

23 ago 2015

Nada.

Nada.
Níveo interior, mirar muerto.
Horizonte sin Sol con pose hiriente
tornando gélida el alma.


Nada.
Cofre blindado sin cierre.
Aquel que guarda esos días
que al nacer estaban muertos.
De los que nunca se habla.
No hay nada que contar.

¿Puedes oírme?
Soy yo.
Parece que te has perdido
y no me puedo encontrar.

Limbo existencial humilde.
Inmóvil.
Identidad calcinada bajo un fuego
que se convierte en un infantil puzle.


Frialdad ignorante.
Palabras mudas.
Hechos sin gracia.
Nada.
Confiesan muy bellas ninfas,
que cuando nacen y mueren
están calladas.


Alberto García Aznar ♪

[Inserta aquí tu propio título]

A veces
es tan fácil querer
pero tan difícil amar...

21 ago 2015

Lágrimas invisibles

Todo ser humano llora. Eso dicen, y… en el fondo, no les falta razón. Es de hecho lo primero que hacemos nada más nacer. Llorábamos a menudo cuando éramos pequeños, para tratar de conseguir que nos hicieran caso. También unos años después cuando, jugando en el patio de la escuela, nos caíamos al suelo, quedando éste manchado inmediatamente con la sangre de nuestros codos o rodillas. Llorábamos cuando nos castigaban sin salir a la calle, o cuando bajo ningún concepto queríamos rellenar esos odiosos cuadernillos de vacaciones.

Llorábamos bastante entonces, cuando sólo éramos niños. Pero cuando la gente crece también llora. Ahora es cuando llora de verdad. Lloramos cuando nos dan una sorpresa, o también cuando vemos a aquella persona especial acercarse a nosotros como no lo hizo nunca. Lloramos al reencontrarnos con nuestros familiares y más cercanos amigos. También al perder a nuestros seres queridos. Lloramos cuando nos vamos de casa, cuando tenemos miedo, cuando nos sentimos solos. Lloramos cuando la persona amada nos dice que no. O cuando afrontamos que jamás vamos a ver de nuevo a ese alguien especial. Ahora lloramos desde el corazón, pues éste es quien derrama la primera lágrima.

Mejor dicho: lloráis. Excluyendo, como es obvio, los efímeros sollozos de la niñez, puedo sinceramente afirmar que yo no he llorado nunca. Nunca. Aun habiendo tenido delante ocasiones de lo más variopinto y propicias para ello, bien fuera por alegría o por dolor. Lo único que he hecho ha sido quedarme tal cual estaba, convirtiéndome en una sencilla y redondeada roca. Jamás he sido capaz de hacer ninguna otra cosa.
Tal vez sea por mi forma de ser, pero es desesperanzador saber que, aun con el paso del tiempo, nunca he podido ni podré observar la imagen de una lágrima rodando hacia abajo por alguna de mis mejillas. No sé lo que es llorar, y no llegaré a saber qué es lo que se siente. Pese a poder ofrecer mi hombro para que tú llores si te sientes mal, yo nunca lo voy a hacer en el tuyo. No seré capaz, no me lo tengas en cuenta. Parece que el Universo sepa que siempre seré ese ser gélido incapaz de llorar por tan solo un instante.
Me uno así al degradado club de aquellos que no lloran, pero que sí sienten. De aquellos tachados de insensibles, de los que se dice que ni se emocionan ni se inmutan con una desgracia y que, por el contrario, pueden experimentar la misma alegría o dolor momentáneo que cualquier otro. Todo ello aderezado con esa vana y a la vez honda conmoción que me hace verme en ocasiones como un ser extraño, que me hace darme cuenta de este frío. Para algunos puede ser desgarrador, y es difícil imaginárselo desde fuera. “¿Por qué estoy así ahora, tan rígido?” Me pregunto. Bien sea en reencuentros, despedidas o fallecimientos.
Sí, inmóvil.
Además, siempre acaba por aparecer ese maldito nudo en la garganta con una canción, al recordar cierto momento o al pensar en ella una vez más y fijarme en cuán lejos estamos. Pero no puedes hacer nada. Se queda ahí y te contamina. Pobre de ti si no eres capaz de soportarlo.
Tal vez sirva de consuelo el saber que ninguna lágrima será capaz de perturbarme, pero en más de una ocasión las he anhelado. Aunque sea un clamor inaudible, me gustaría poder llorar alguna vez en mi vida, poder exhalar un sentimiento de esa forma, dejando entonces de maltratar a mi hígado engullendo tanto veneno emocional. Y es que, aunque lo eliminemos, siempre acaba dejando su azulada huella.

Me gustaría llorar de felicidad al abrazarte cuando te vuelva a ver, o esbozar una mirada compungida cuando marche a estudiar a cientos de kilómetros de aquí. Aunque solo fuese por curiosidad. Pero no lo haré, pues además de no poder llorar, pienso tender puentes sobre los barrancos. 
Pienso que tú, si lloras, podrías sentirte afortunad@. Como ves, a veces es más doloroso no hacerlo. En cualquier caso, espero que la mayor parte de las veces sean lágrimas de felicidad. Y espero que, si no lo son, sean lo más breves posible, pudiendo ver los motivos por los que enderezarte de nuevo y continuar, los cuales, innegablemente, siempre están ahí.

Es descarnado. Es un alivio. Pero admito que yo no lloro.

13 ago 2015

Se ruega no tocar


Como un mosquito.
Suicida.
Que vuela hacia la luz para quemarse vivo.


Fui aquel amante de fuego
que encerraste sin querer dentro de un vaso
apagando así su llama para siempre.


Hubiera gritado ayer tu amor al viento.
Y sin embargo ahora ya no puedo.
Tampoco quiero.

Acabo de quitarte el nombre en mi cabeza.
En su lugar he puesto una etiqueta
donde amenazo:

“Se ruega no tocar”.


Alberto García Aznar ♪

¡"Autoasústate"!

De vez en cuando me gusta autoasustarme. Sí, has leído bien. Me gusta asustarme a mí mismo en algunas ocasiones. Qué masoquista. ¿Acaso tiene algún sentido inyectarse horror en sangre por, aparentemente, mero divertimento?

Películas de terror, videojuegos, fotografías macabras, novelas de Stephen King y otros tantos más... Todo vale. Buscamos simplemente pasar miedo, como hobby autodestructivo. Como una prueba de fuego. Una vía para exhalar ansiedad, nerviosismo y angustia, cuyo objetivo final queda definido en sí misma.

No muchos se lanzan a caminar por la senda más oscura por su propia voluntad. Aún así, existen otros que un buen día decidieron hacer caso al tipo que dijera aquello de que “hay que vivirlo todo alguna vez”. También están los que nunca han tenido la oportunidad de asustarse de verdad. De este modo, nos colamos por el túnel de la noche y las ánimas perdidas en busca de aquel sentimiento de pavor que nuestras ilusas mentes ya no recuerdan. Es como tirarse al abismo por necesidad. Lanzarse a un inframundo nuevo para hacer turismo. Temes al coco, porque viene a comerte, y sin embargo deseas mirarle directamente a los ojos y, por qué no, escupirle en toda la cara. Y entonces todo comienza, logrando sentir eso que tanto ansiabas, aunque estés demasiado ocupado como para ponerle nombre. Estás pasando miedo y, sin saber por qué, te reconforta. Cada vez más a menudo esperas a que caiga la noche, y bajas las luces de tu habitación para crear la atmósfera perfecta.

Has conocido a los monstruos, demonios y espíritus. Y los estás aprendiendo a amar.

Ya sientes los escalofríos. Constantes y que hielan cada uno de tus huesos. Los ruidos te sobresaltan. Podría ser uno de ellos…Miras a todos los lados, inseguro, cerciorándote de que ninguna sombra de tu alrededor se mueve. Cualquier ruido podría alertarles, así que te mueves muy despacio. Y tu silencio todavía te asusta más. Y de repente te das cuenta de que te has convertido en un ser completamente vulnerable. Y es que sabes que cualquier parte de tu espalda podría ser súbitamente agarrada por la mano huesuda y sangrienta de cualquier horrible criatura. De modo que te acuestas en tu cama y haces de tus sábanas un escudo. Que te cubra hasta las orejas si es posible. Cierras los ojos, pero cuidado. ¡Si los abres tal vez te la encuentres delante mirándote con una sonrisa!

Maldita sea, necesitas ir al baño. Qué momento tan desagradable, pues desearías cualquier cosa menos salir de tu habitación. ¿Mirar hacia el fondo del pasillo? ¡Ni hablar, qué horror! Y no se te ocurra pensar en los espejos, pues quién sabe si el tipo que vive dentro pudiera cobrar vida propia…

Y al final, lo quieras o no, resulta que te encanta. Es algo sensual, intrigante y misterioso. Es la mejor forma de vivir la oscuridad, de sentir el lado más odiado de las noches. Y aunque todo haya sido imaginado, un sueño inducido, lo has temido como si fuese un miedo real. Sabes que nada de eso existe, pero recreas situaciones. “¿Qué pasaría si este muñeco de porcelana se levantase ahora? ¿Y si dos ojos blancos me mirasen al fondo de mi cuarto? ¿Y si…?” “No, cállate. Otra vez no.” Pero terminas la frase y vuelves a jugar a la casa del terror.

 
Para pasar miedo, ante todo no debes tener miedo.

1 ago 2015

Lisonjas y palabras bonitas

Parecían resolver toda situación desfavorable a base de lisonjas y palabras bonitas. Hasta que, con el tiempo, llegó el día en que se dio cuenta de que todo aquello que le había dicho era solo eso, un conjunto de palabras que sonaban de manera preciosa. Y que, cada vez que eran pronunciadas, ocultaban tras de sí el filo de un inconmovible sable.

Micro-Cuento #2 - Aire

Acabó enamorándose del gélido aire que atrapaba
con sus abrazos dirigidos hacia ninguna parte.

Algo tan bello como...

Algo tan bello como una gota de sangre deslizándose hacia abajo por el filo de un puñal.

IV Taller de Escritura Creativa en Tarazona - [Día 2: Foto-poema]

He aquí una de las técnicas que más interesantes me resultaron en cuanto a buscar inspiración para crear un poema. Realmente es muy simple, pero puede dar lugar a una infinitud de posibilidades creativas. No es otra cosa que tomar una foto, la que prefiramos, y escribir una poesía a partir de ella. Desde luego jugar con las palabras a partir de lo que vemos en una imagen estática puede llegar a convertirse en algo muy profundo, a la par que divertido.

He aquí la imagen sobre la que me tocó escribir mi foto-poema.


***
"Oscuridad circundante,
que me abraza"
Aquella travesía.
Infinidad nocturna.
Oscuridad circundante,
que me abraza.
Allí donde mi soledad se sentía cómoda.

Lloran mis huesos con cada paso.
Mutilados por este frío de indomable.
Gélida es toda hora en esta calle.
Aunque, qué curioso, estamos en julio todavía.

¿Y ustedes?
Señoras incandescentes.
¿Qué desean?
¿Por qué están apuntando hacia mí
si aquí soy yo en único transeúnte
y no necesito luz en mi camino?

Bien pudieran apagarse.
No deseo que me miren
bellos ojos de cristal.
Si al destino llegaré, pues no queda ya salida.
¿Para qué un acompañante necesito?

-

Adoquinado aún húmedo
por la sangre de las historias del pasado.
Esas que entonces contaron
espectros y fantasmas invisibles.

¿No los ves, amigo? ¿No los ves?
¡Acaban de saludarnos!
Un momento, ¿yo a quién hablo
si tú no me estás leyendo
y con nadie estoy andando?

-

Dulce y tímida sonrisa.
La que se distingue entre la niebla.
Sádico espejismo de la noche,
¿Por qué te dedicas a jugar conmigo?

Ahora ya no siento paz.
Solamente siento miedo.
Maldita sea.
¿Quién me mando a mí pasar por esta calle?

Ah, sí. Fue mi corazón.
Si pudiera castigarte...
Aunque ya te la jugaron demasiado.
¿Para qué seguir y torturarte?
Mejor encuentra la paz
con estas ánimas amables,
mientras yo, intolerable,
me quedo charlando aquí con este árbol.

IV Taller de Escritura Creativa en Tarazona - [Día 2: Poesía a partir de un paseo]

En este segundo día del taller pudimos disfrutar de un más que agradable paseo por las calles de Tarazona. El objetivo de esto sería encontrar, en los rincones de nuestro amable pueblo, una inspiración más para escribir poesía. Una inspiración más viva y dinámica que cualquier otra.
Para mí, fue una experiencia sobrecogedora. Me di cuenta de que, mirando las cosas con otros ojos, con ojos de poeta (si se les puede llamar así), todo se vuelve diferente. Incluso el lugar donde has estado toda tu vida.

***
Hace tanto tiempo que vivo en tus brazos
y jamás te pude ver de esta manera,
Tan distinta, tan sincera, tan amena.
Puede que yo antes estuviera ciego.
Pilares maestros de tus confluencias.
Ladrillos que guardan historias de vida.
Cuán indescriptible tu ser parecía
tan pronto como decidí pararme a verlo.
Me has mirado hoy a los ojos, y he pensado
que no quiero recordar todo esto.
Que prefiero reescribirte en mi trayecto.
Sentir de nuevo esa divinidad tuya.

IV Taller de Escritura Creativa en Tarazona - [Día 1: Relato corto]

En su charla sobre narrativa, el ilustre José Luis Corral nos encargó escribir un relato corto, de entre cuatro y ocho líneas. Al igual que con las poesías, debí venirme arriba y a falta de un relato escribí tres.

I.

El veterano comisario se despertó en su apartamento de Madrid, en medio de un penetrante hedor a Bourbon. Su dolor de cabeza era tan fuerte que no dudó en echar mano de su petaca para poder olvidarlo, siendo fiel a la costumbre, por supuesto. Se olvidó de la resaca de la misma forma que se había olvidado lo que hizo la noche anterior. Además del porqué. La ignorancia de todo aquello no parecía importarle, pues no mostró intención alguna de devolverlo a su memoria.
Hasta qué, de pronto, vio la carta de Gloria encima de su mesa. Releyó impotente aquellas punzantes líneas, mirose las manchas de whiskey en su camisa y, sin titubear, arrojó la petaca con fuerza hacia la pared. Había hallado la fuente de todos sus problemas.

II.

Desde que en aquella calle, repleta de hogares de miseria y tascas de mala muerte, abrieron el "Jazz Night Club", nada volvería a ser lo mismo. La travesía pareció haber adquirido un aura especial, de un depresivo misterio que la hacía extraña e interesante. Todas las noches, hasta altas horas de la madrugada, permanecía encendida una luz tras la ventana del nuevo establecimiento. Aunque, en contradicción a su nombre, el "Club" solo abría por la tarde, un indescriptible y ahogado sonido se extendía por la pasarela. Como parecía una canción triste, los lugareños decidieron bautizarla popularmente como la "Avenida de las baladas". Y no era para menos, pues esa música que se escuchaba era, efectivamente, el producto de las horas extra que invertía el pianista del garito, en las que trataba de consolarse con un vaso de ron y cien notas musicales.

III.

Víctor acababa de experimentar el mayor ataque de furia jamás vivido. Una furia retrodirigida, autodestructiva y voraz que le hizo romper con toda clase de vínculo que entonces tuviera con su alrededor. Tuvo suerte de no destruir el vínculo que le unía consigo mismo, aunque pendía de un hilo en llamas.
Así, se vio a sí mismo a las dos de la madrugada en el bosque cercano a su casa, corriendo sin descanso y esquivando todo obstáculo con la gracilidad de un murciélago. Su puño derecho apretado, a punto de explotar, como encerrando dentro una bomba de relojería que acumulara toda su rebeldía. Mostraba una mirada más propia de un monstruo sanguinario y sediento de sangre que de la de un ser humano. Tal vez fuese en eso en lo que se había convertido, más si cabe al ver su negro corazón invadido por aquel supuesto odio.
No obstante, para cuando se quiso dar cuenta, Víctor se encontraba tumbado boca arriba, viendo solo una parte de la luz de la Luna de reojo. Entonces, un furioso lobo se le acercó. Tenía los ojos rojos, con una mirada que penetraba en el chico haciéndole sentir insignificante. Su imparable mordisco fue directo al cuello. Justo entonces fue cuando Víctor se despertó de su más enriquecedor sueño.

Después de esta experiencia, Víctor ha vuelto ha ser Víctor, pues el lobo le hizo ver por qué vivir.

IV Taller de Escritura Creativa en Tarazona - [Día 1: Coplas]

[En este mes de julio, durante los días 13, 14 y 15, el pueblo de Tarazona acogió su IV Taller de Escritura Creativa. Una oportunidad de aprender, de conversar, de intercambiar conocimientos, de pasar muy buenos ratos y, sobre todo, de dejar volar nuestra mente para plasmar después su viaje en unas cuantas líneas.
Para mí, esta vivencia ha sido sensiblemente maravillosa. Fue una fascinante oportunidad para conocer, conversar y aprender con experimentados escritores que se entregaron en cuerpo y alma para hacer de este taller una experiencia profundamente enriquecedora. Además, una oportunidad para compartir, reír y conversar con nuestros compañeros. Personar realmente agradables con quienes compartíamos un nexo de unión, el amor por la palabra escrita.
Estos tres días pudimos descubrir técnicas y aspectos sobre poesía, narrativa, novela histórica, literatura en la red, etcétera. Todas ellas, como ya he dicho, de la mano de admirables profesionales a quienes quiero mandar mi más cariñoso agradecimiento. Éstos fueron, Manuel Martínez Forega y José Luis Corral, como anfitriones, además de Luisa Miñana, Alejandro Corral y José Calvo Poyato. Fue un verdadero placer poder haber contado con su presencia y con su sabiduría, además de con la de todos los compañeros. También me gustaría agradecer al Ayuntamiento de Tarazona el haber hecho posible un taller como éste, recordándole que, efectivamente, la agenda cultural es tan importante como cualquier otro aspecto en la administración de una sociedad.
Dicho esto, en las entradas siguientes me dispondré a compartir nuestros “deberes” del taller. Y es que no estuvimos exentos de poner en movimiento nuestros bolígrafos, pues cada día nos iban mandando escribir pequeños chispazos en los que practicar lo tratado en las charlas. De este modo, aprovechándome de que tengo este blog, compartiré todo aquello que escribí en aquellos inolvidables días.]
_____________
 
El primer día del taller, en la charla sobre poesía, Manuel Martínez Forega nos encargó escribir una copla, es decir, una estrofa de cuatro versos octosílabos con rima asonante en los versos pares. Por no dejar sola a mi copla, algo me dijo que debía darle algo de compañía, así que escribí siete, no sé por qué.
 
 
***
 
Es mi única manera.
Pero yo aún así no puedo
arrancarme el corazón
para escribirle un soneto.
 
***
 
Hábito de mi interior.
Nocturna pasión ferviente.
Sencilla autodestrucción.
Tal vez alarma inminente.
 
***
 
Balada en Luna brillante
sobre fondo azul cobalto.
Ella presente en la danza
del por fin amor sellado.
 
***
 
¡Ocúltate! ¡No les dejes
que tu mente blanca invadan!
Es de noche, no es seguro.
Los demonios hoy escapan.
 
***
 
A veces me he preguntado
si al cielo tú mirarás.
Pues cuando me haya marchado
diré: ¿me recordará?
 
***
 
No pude bailar contigo
por lo que he de conformarme.
Bailaré con los espectros
que han venido a visitarme.
 
***
 
Tengo mucho miedo al lobo.
Cambio siempre que aparece.
No sé quién soy, no me encuentro.
También define mi mente.