23 ago 2015

Nada.

Nada.
Níveo interior, mirar muerto.
Horizonte sin Sol con pose hiriente
tornando gélida el alma.


Nada.
Cofre blindado sin cierre.
Aquel que guarda esos días
que al nacer estaban muertos.
De los que nunca se habla.
No hay nada que contar.

¿Puedes oírme?
Soy yo.
Parece que te has perdido
y no me puedo encontrar.

Limbo existencial humilde.
Inmóvil.
Identidad calcinada bajo un fuego
que se convierte en un infantil puzle.


Frialdad ignorante.
Palabras mudas.
Hechos sin gracia.
Nada.
Confiesan muy bellas ninfas,
que cuando nacen y mueren
están calladas.


Alberto García Aznar ♪

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