22 feb 2015

Carta de amor para nadie que jamás escribiré.

Parece mentira que me haya atrevido a decirte esto. Y es que sabes bien que enunciar esta clase de palabras me cuesta la vida, digamos que no estoy hecho para esto. Pero finalmente me he decidido a escribirte, hay algo en mi interior que me está obligando a soltar de golpe todo lo que siento por ti. A exhalar todos mis sentimientos reprimidos como si fueran el humo de un cigarrillo, una última calada que puede estar augurando un "para siempre" o un "nunca más".
Por un lado me cuesta decirte esto, pues nos conocemos desde hace ya algún tiempo y tengo el más que claro presentimiento de que estas palabras me acabarán dejando todavía más lejos de ti. Puede que acaben rasgando nuestra amistad, si así puede llamarse, desgarrando en consecuencia mi interior. Pero por otro lado siento que si no lo hago, guardarme esto durante toda la vida no supondrá más que un apagado recuerdo de lo que pudo haber sido y nunca fue.

Supongo que lo primero que te voy a decir resulta evidente, y es que cuando te vi me resultaste la persona más bella que jamás había tenido ante mis ojos. Me enamoré perdidamente de ti, y sí, he de admitir que fue por tu parte física, aunque actualmente casi parece que esto no se pueda hacer. Pero qué opción cabía, si la primera impresión que me llegaba de ti era algo tan hermoso. Recuerdo claramente el desplazamiento de tu cabello, la expresión más bella y pura del movimiento que jamás habrá visto la naturaleza.
También la primera vez que te vi sonreír, en la que te vi desde lejos y casi se detuvo mi corazón, o la primera vez en que te pude dar la mano y sentía por dentro que no quería soltarla jamás. Tu voz, un sonido tan bello que hasta el mejor coro de pajarillos sentiría envidia. O el brillo en tu mirada, tan sincera, tan amable, tan inspiradora... el mejor complemento para tu tez fina y tan bien proporcionada, igual el resto de tu cuerpo.

En resumen, adoraba cada centímetro de ti. Y no solo por fuera, porque resultó que a medida que te fui conociendo me fuiste enamorando cada vez más, inexorablemente. Y todavía sigues haciéndolo. Tu personalidad es única, tus gustos, tu forma de ser, visionaria, divertida y creativa, con ansia de libertad y aprecio a quien te rodea, y además con ese misterio que creas a veces. Todo ello y aún más que podría decir me hacen querer llegar aún más a ti, por imposible que sea. Me gustaría poder ver qué hay en la profundidad de tu pensamiento, el cual tanto adoro desde fuera y que seguro que es algo sorprendente desde dentro. Y es que tú eres sorprendente, impredecible, bella en cada acción. ¿Y tus defectos? Ninguno. Los hay, como en cualquiera, pero forman parte de ti, y por ello los aprecio tanto como a ti misma.

Me gustaría poder abrazarte por siempre en este momento, te daría el beso más emotivo que jamás se hubiera visto... Querría pasar contigo mucho más tiempo del que creo, intentando descubrir juntos qué es el amor si es que existe, caminando hasta llegar más allá del horizonte. Sería tu más fiel amigo, tu ayuda en todo momento, y una llama incandescente de pasión y cariño. Me esforzaría por hacerte sentir la chica más afortunada del mundo. Y es que te mereces el mejor de los amantes, sea o no yo, y haría lo posible por serlo día a día, siempre leal, siempre queriéndote, siempre a tu lado.
Queda demostrado que te quiero. Eres belleza indomable, un fuego que hiela, ¿la chica perfecta? es probable.

Bien, tal vez ya es suficiente, no quiero aburrirte. Pero que sepas que esta será probablemente la "carta de amor" más sentida que jamás nadie me volverá a ver escribir, siéntete afortunada porque sea para ti. Y es que mi ansia de romance, cada vez más impotente y mutilada, puede que haga imposible que un hecho así se repita. Así pues, espero que te gusten estas tal vez efímeras líneas, y espero que puedas comprender algún día lo que yo siento por ti.

Sin embargo, sé que no lo harás. Sé que no vas a leer esto, ni podrá rasgarse tampoco nuestra amistad. Sé que jamás vas a quererme, jamás te percatarás de que siempre he estado ahí, por ti.
Nada.
Todo lo que he escrito se queda sin valor, sí, y no faltan razones.
De hecho con una basta.
Y es que tú no existes.
Nunca has existido, amor de mi vida, damisela de mis sueños. Pudiste haber sido, pero resulta que jamás vas a ser.
Nunca.

Y esta es mi carta de amor dirigida a nadie, que no escribiré nunca; y que simplemente arderá para desaparecer, en unas ascuas que se van esfumando lentamente a cada segundo.

1 comentario:

  1. Mi comentario llega tarde, con varios meses de retraso, pero la verdad es que es fruto de una noche de insomnio, de una noche de melancolía y como no de curiosidad por descubrir como sería una carta de amor tuya.

    Y es que debo decirte que esa chica que no existe, es la chica más afortunada del mundo. Puede ser que ella aún no lo sepa o que quizás aún no se haya dado cuenta. Pero sin duda tus palabras harían enamorar a cualquier dama que no fuese de piedra, porque tienes un don, o un superpoder de enamorar con las palabras.

    Por último me gustaría animarte a que ésta carta de amor jamás enviada, (porque escrita ya está) sea mandada a aquella princesa que le corresponde, porque sin duda le hará caer ante tus brazos sea quien sea, exista o no exista, debes armarte con la mejor armadura del valor y arriesgar, porque el que no arriesga no gana.

    Y quién sabe, tal vez, haya leido tu carta pero no se haya atrevido a responderte por el mismo temor a no ser correspondida a que ésta carta no sea para ella...

    ResponderEliminar