27 ene 2015

Vive en el presente

Nuestro pensamiento es algo realmente asombroso. En un instante, puede llevarnos a un momento del pasado para poder vivirlo otra vez; o imaginarnos a nosotros mismos en una situación del futuro. Es algo increíble, qué duda cabe. Podemos disfrutar de algo una y otra vez, aprender de experiencias, o planificar nuestros próximos movimientos. Es como si nuestra mente fuese una máquina del tiempo.

Parece fascinante, ¿verdad? Tantas posibilidades a nuestro alcance... Casi infinitas. Y sin embargo, pueden convertirse en uno de los mayores perjuicios para las personas. Pueden hacer que, de un momento a otro, un ser humano acabe convertido en un esclavo. Un esclavo del tiempo, de un tiempo alojado en sus pensamientos, y al que por alguna razón su mente lo acaba transportando sin dejarle salir de él.

Y es que a todo el mundo puede ocurrirle, si deja que sus pensamientos permanezcan en un cierto momento más tiempo del necesario. Esas personas pueden acabar quedando ahí atrapadas, perdiéndose lo único que realmente tienen, el presente.

El presente es el único momento que una persona puede vivir. Y esto es así porque cuando nuestro espíritu se encuentra en el presente, al igual que el cuerpo, es cuando podemos realmente vivir lo que ocurre, percibiéndolo en su esencia más pura, aun sin poder llegar a definirla. Podemos disfrutar de cada instante que pasa de forma íntegra,  completa. Colores, sonidos, el paisaje a nuestro alrededor, ideas que fluyen, una conversación... Toda nuestra mente, y por tanto toda nuestra capacidad de observación y percepción, están ahí presentes, dispuestas a contemplar con emoción todo lo que les rodea. Sientes incluso cómo fluye la energía dentro de ti, cómo estás más al tanto de todo lo que hay a tu alrededor. Te sientes más vivo, y es que lo estás.

En cambio, quien se atasca más de lo debido en el pasado o en el futuro no contemplará todo ello en su totalidad, sólo le llegará una pequeña parte, dejando de lado todo lo demás. No debes dejar que,  por la razón que sea, tus pensamientos del día a día sean invadidos por un hecho pasado, o una planificación del futuro. No debes eliminarlos, por supuesto, ya que son útiles para nosotros, pero lo que no has de permitir es que tu mente sea dominada por ellos. Pues son hechos totalmente inalcanzables. El pasado, aunque cueste afrontarlo, jamás volverá, sólo podremos en todo caso aprender de él; y el futuro es algo casi completamente incierto, porque prácticamente nada de lo que ahora imaginemos sobre él va a cumplirse de forma exacta. Quedar cautivos en cualquiera de los dos nos acabará haciendo por ello infelices, dada la impotencia que sentiría nuestro espíritu.

Así que tenemos un pasado irrecuperable y un futuro falso. Solo nos queda, como vemos, el momento presente, el único donde hay vida. Y el único donde, por lo tanto, se puede ser feliz.

Así pues, puedes pensar en el pasado, claro, recordando buenos momentos o aprendiendo alguna lección. También en el futuro, tomando alguna que otra decisión potencialmente importante. Pero nunca te alejes de tu ruta, de tu presente. En ocasiones, este camino lo perderás. Pero ahí ha de estar tu mente alertándote, para poder devolverte a él cuando sea preciso.  Tienes ante ti unas vistas maravillosas, contémplalas, no les cierres los ojos. Eres afortunad@ de poder vivir "el ahora", así que hazlo, no es difícil, e indudablemente merece la pena.

Me gustaría concluir con un par de frases hechas que llamaron especialmente la atención acerca de este tema.

"Una persona vive tan sólo un respiro."

"El ayer es historia. El mañana es un misterio. Sin embargo, el hoy es un regalo, por eso se le llama presente."

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