16 mar 2015

Súper poderes

Si alguna vez nos preguntasen qué súper poder nos gustaría tener, estoy convencido de que todos tendríamos una respuesta. Y es que existen cuantiosas posibilidades donde elegir. Invisibilidad, fuerza sobrehumana, poderes ígneos, gélidos o acuáticos, leer las mentes o mover objetos con la nuestra, etcétera.

Mi favorito de entre todos ellos sería poder volar. Tal vez no sea un súper poder con el que se pueda salvar el mundo de una catástrofe nuclear o evitar que una ciudad sea arrasada por un monstruo maligno gigante... Sin embargo, con esta  habilidad tan simple podría llegar a ser todavía más feliz si cabe. Me parece algo maravilloso.
Si pudiera volar no dudaría en viajar a cualquier lugar del mundo. Desde las frías tundras de Canadá hasta las abarrotadas calles de la India. Pasando por emblemáticos lugares como la imponente Plaza Roja en Moscú, la soberbia torre de Tokio, el inmenso Central Park neoyorquino o el colorido Caminito de Buenos Aires. Podría observar nuestro planeta y su naturaleza en su máximo esplendor. La Amazonia, el Everest, la Antártida... Así hasta que, abrumado por tantos bellos lugares pudiera pararme, subir bien alto y mirar a mi alrededor, apreciando entonces lo aparentemente insignificantes que somos ante un paisaje tan grande y bello.
Me encantaría poder sentir el tacto de las espesas nubes que tan bellas me resultan desde aquí abajo, y poder sentir la lluvia en mi cuerpo directamente donde ésta nace. Sería divertido saludar a los pasajeros del Boeing 747 con destino Madrid a través de un ventanuco, o entremezclarme con organizados bandos de grullas o gaviotas, entablando una graciosa y sin duda extraña conversación.
Podría visitar a mi familia y amigos allá donde estén, o incluso acudir al encuentro de aquella persona especial para darle una sorpresa.
Tampoco dudaría en usar mis poderes para hacer el bien, obviamente, pudiendo prestar mi ayuda a todo aquel que necesitase llegar más alto de lo que pudiera.

Me fascinaría poder volar. Poder viajar a cualquier lugar, ver todo desde esa nueva perspectiva, observar la inmensidad de la Tierra y respirar, respirar el aire puro pudiendo meditar en total soledad, con las nubes y una preciosa vista.
Sería genial poder tener nuestro súper poder preferido, ¿verdad? Lógicamente, no podemos disfrutar de ellos, aunque más de una vez lo habremos deseado.

Por desgracia, no podemos coger y salir volando, pero sí que existe una parte de nosotros que puede hacerlo.  Y esa parte de la que hablo es nuestra imaginación.