25 ago 2016

Calcinación

El calor
de las tardes extintas de  mitad de julio
se desvanece despacio.

Es como invertir el veloz paso
del amor al odio.

Intento desenvolverme con soltura
entre tanto aire denso y corrosivo.
Me mantengo a flote siendo un pez pálido
que vive y muere ahogado
en un agua que, solo con mirarla,
él mismo ha intoxicado.

                 ***

Dicen que el poder quema.
Pero la cercanía lo logra como nada en el mundo.

Quienes sí son poderosos
y nunca vomitaron
se alejan para extinguirse
en medio de un hervor sanguíneo
arrítmico y poco calculado.

El Sol desciende
y los suelos de la calle
aún siguen ardiendo.
¿Qué fue de tu frescura,
de esa brisa en susurros
que me agarraba con fuerza?

Ahora las temperaturas
cambian lentas y quejumbrosas.
Está herido el termómetro.

               ***

Este fin vespertino vuestro
ya no es lo que era.

Ahora yo me alejo renqueante y descosido;
crearé un nuevo origen
con mis miembros arrancados.


Alberto García Aznar ♪

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